El sobrepeso es uno de los principales problemas que amenazan actualmente a los gatos domésticos. Debes estar alerta para combatirla y prevenir sus riesgos.
El gato es por naturaleza un animal cazador y, como tal, necesita ejercitar sus músculos para mantenerse en forma.
Aunque la mayoría de los propietarios tienen al gato confinado en casa y sólo lo sacan para ir al veterinario cuando hay que vacunarlo o está enfermo, este hecho no debe ser un impedimento a la hora de facilitar que haga ejercicio.
Existen en el mercado numerosos juguetes y accesorios que permiten al gato jugar y ejercitarse al mismo tiempo; en Zoomanía encontraras este tipo de artículos que no sólo sirve para ofrecerte diversión a ti y a tu mascota sino también un medio de estrechar los vínculos entre ambos, además este accesorio puede colaborar, junto con una dieta adecuada, en la prevención de la obesidad.
La obesidad es uno de los problemas más acuciantes que padecen actualmente las mascotas. Los perjuicios del sobrepeso para la salud de los gatos son numerosos, y merece la pena repasar algunos de los problemas que la obesidad trae asociados.
Los gatos son animales muy activos y por tanto el ejercicio es fundamental para asegurar un estado óptimo de salud. Si se ve obligado por su sobrepeso a llevar una vida sedentaria, un gato obeso puede llegar a una situación de estrés y depresión. Este cuadro se agrava si va acompañado de una pérdida de flexibilidad, ya que este hecho les impide asearse adecuadamente. Debido a esto, se ha comprobado que los gatos obesos tienen tres veces más probabilidades de sufrir problemas dermatológicos de tipo no alérgico e infecciones que los gatos con un peso normal.
El sobrepeso no sólo les impide realizar ejercicio con normalidad sino que hace que músculos y huesos tengan que soportar una mayor carga, lo que puede desembocar en problemas musculares y articulares. Además, estas condiciones llevarán a más inactividad y más obesidad.
Los animales obesos pueden experimentar además dificultades respiratorias. Un exceso de grasa hace que los pulmones tengan menos espacio en el tórax y se puedan expandir menos; esto conlleva un menor volumen de oxígeno inspirado y por tanto los pulmones tendrán que trabajar más para que el animal pueda obtener el oxígeno que necesita. Este esfuerzo extra hace que el gato pase más tiempo tumbado sin hacer ejercicio puesto que le cuesta más, y esa falta de ejercicio incrementa el sobrepeso creando un círculo vicioso.
Lo mismo sucede con el corazón: a menos espacio, contracciones menos eficaces y por tanto predisposición a padecer problemas cardiacos. Estas dificultades tanto respiratorias como cardiacas incrementarán el riesgo de que se presenten complicaciones durante la anestesia si el animal tiene que ser sometido a una intervención quirúrgica.
En cuanto al sistema inmunitario, se ha comprobado que un exceso de grasa hace que éste no trabaje a un ritmo normal, por lo que el animal será más susceptible de padecer todo tipo de infecciones.
Enfermedades asociadas
Existen varias enfermedades asociadas a la obesidad felina. Una de las complicaciones más frecuentes es la diabetes, producida por la falta de insulina, la hormona encargada de aportar la glucosa necesaria para los tejidos del organismo tengan energía. Así, si las células no pueden utilizar la glucosa para obtener energía usarán las proteínas y grasas que el organismo tiene almacenadas, por ejemplo en los músculos, para conseguirla. El animal, por tanto, perderá progresivamente peso a pesar de comer más y si no se pone tratamiento puede llegar a morir.
La lipidosis hepática es la acumulación de lípidos (grasas) en el hígado. Se le conoce también como el síndrome del hígado graso. Es un proceso que se puede dar en gatos obesos que por alguna circunstancia (por ejemplo, estrés grave) dejan de comer. En estos casos, el organismo moviliza las grasas hacia el hígado para obtener la energía que necesita y llega un momento en que la capacidad de este órgano para procesarlas se ve sobrepasada, por lo que se produce una acumulación.
La enfermedad de las vías urinarias inferiores del tracto urinario del gato (FLUTD – Feline lower urinary tract disease) es el nombre que se le da a una serie de problemas (inflamación, irritación y/u obstrucción) del tracto urinario inferior (vejiga, uretra). La obesidad es uno de los numerosos factores, junto con la esterilización, que predisponen al gato a padecer esta enfermedad.